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sábado, 22 de marzo de 2014
El silencio | Poema
sábado, 19 de noviembre de 2011
¿Perdonarte?
Las cosas empiezan a cambiar para mí. No puedo conebirlo, no puedo –siquiera imaginarlo. Diste alas a mis ilusiones, hiciste promesas de amor, de eternidad, de Por Siempre y de Nunca, y días después, te entregaste a la fiera, saboreaste la lujuria y te arrastraste a un cuerpo que no era mío… ¿Por qué? Quiero saber, los detalles, cada suspiro, cada gemido o cada caricia, cada mirada perversa, cada fricción que tu mano hizo en su miembro… ¿Te gustó tanto? Porque no mientas, sabes que te gustó… ambos sabemos lo bien que te gustó. Odio al imbécil que logró tomarte, aunque en parte le doy gracias, porque fue él quien detuvo el momento insano, el momento lascivo, y huíste, como alma arrepentida, cuando poco antes te entregabas cegada por el deseo. ¿Lo tiene más grande? ¿Es más viril? ¿Te sentiste dominada por su necedad y su bruto carácter? Sé que estabas entoxicada de alcohol… pero sin importar lo que digas, no tienes excusa para mí. Por mi sed pasaron vasos de tequila, vino, ceveza y ajenjo, por mi camino se presentaron tentaciones, incluso en la distancia, cuando estuvimos bastante separados, tuve la oportunidad de dejar que el pecado me guíe ¡Pero a dañarte, herirte, traicionarte, prefería morir! Siento que has limitado la manera en la que podía amarte, y cada día, cada momento, cada diminuto instante, lucho contra esta locura, intentando reparar el daño por mí mismo. Estoy en una batalla conmigo mismo, con mi remordimiento, con el odio, y con la escena que no deja de repetirse en mi mente… Mujer, no pierdo la fe en que pueda perdonarte algún día, pero –acaso sea el día en que no tenga motivos para hacerlo, cuando en tu limbo te sorprenda con el olvido, y veas que te perdono, porque te olvido…
¡Mujer! ¿Por qué me traicionaste?… Mujer…
viernes, 9 de septiembre de 2011
Desiderata
Soy el alma de los olvidados, el guardián de los recuerdos, soy tu verbo puedo.
Soy lo que soy y he decidido ser.
Fui creado de la mano de tu arcángel para saciar tus impulsos artístivos, la luz blanca sobre la oscuridad; esperanza.
Espero poder recibir de tu mano muchos trazos, líneas sin sentido que dan forma a letras, o dibujos…
Soy el hada del deseo, me llaman Kamir…
jueves, 8 de septiembre de 2011
Su vida está llena de misterio, y su gran don para el violín fue causante de creencias y hasta leyendas, así que si es un tema de su interés, es probable que les guste echar un ojo a esta página en Facebook.
http://www.facebook.com/pages/Niccol%C3%B2-Paganini/114158365354511
¡Espero que les guste!
lunes, 25 de julio de 2011
Vuelve
Maldita esta distancia…
Maldita que me separa de ti
De tus ojos…
De tu boca
De tus piernas
De tu indulgencia
Maldita maquiavélica
Cómplice del letargo del tiempo
Que juntos, con su inercia
Apesadumbran con agudo cinismo…
Y una pura imprudencia
Malditos ambos por su necedad
Por el minuto que sabe a hora
Por las calles vacías
Que exceden de todo
Pero carecen de ti
Los maldigo por las lágrimas en silencio
Cuando nadie presencia mi pena
-Más que la almohada, en la sofría noche
Y las cortinas estrelladas del viento
Evoco tu recuerdo, mientras le hablo a tu foto
Un rostro… nada más
Un rostro, es lo que necesito
-Para ser feliz
Un rostro, que está ausente
Lejos de mí
Los maldigo por alejarte
Por arrancarte de mi piel
Por llevarte donde no puedo seguirte
Donde sólo puedo añorarte…
Y en mi ávida desesperación
¡Llorar!...
“Volveré” no basta
Te quiero aquí, y ahora
¡Soy terco, lo sé!
Pero no importa, no tengo indulgencia
Sólo una necesidad
Tú
Da vuelta ¡Regresa!
Corre y llega pronto…
Porque cada miserable segundo…
Cuenta por diez, y diez, por mil.
Tiempo y distancia…
Aliados y grandes estratagemas
Calculadores en frío
Que saben cómo lastimar
Los odio… ¡Los odio a morir!
No me gusta tu ausencia
Mis impulsos sobre ti me superan en creces
Necesito saber que te tengo
No por posesión
Ni por deseo
Sino… porque te quiero... aquí
Y no allá
Corre tiempo… y muere distancia,
Devuélvanme la esperanza
Y la alegría de sonreír
Devuélvanme el sosiego
Y sequen éstas lágrimas
Quiero de una vez…
Ver esos ojos volver a mí
Vuelve… amor
Vuelve, felicidad
Vuele, mi intangible tesoro
Vuelve a estos brazos,
Vuelve a besar estos labios
Vuelve a este errante
Que día a día (que saben a años)
Espera impasible tu retorno
Vuelve mi amor…
Que espero por ti.